Испанский перевод А. К. Родригеса
Источник: Cantar de las huestes de Igor. Anónimo / Traducción, versión poética y prólogo de A. Caballero Rodrigez. Cuidad de La Habana, 1980.
- 1. ¿No creéis que es tiempo, hermanos,
de que ya un cantar solemne
se eleve en honor de Igor
y de su valerosa hueste? - 2. ¡Que en lgor de Sviatoslávich
una historia así comience,
pero cuidando del modo,
que a Boyán no nos recuerde! - 3. Quizás de Boyán, el sabio,
las enseñanzas nos queden;
cuando quería ensalzamos
las glorias de algún valiente,
por árbol imaginario
dejaba correr su mente
cual lobo gris por la tierra,
como un águila que hiende
con su volar majestuoso
a las nubes del Poniente… - 4. ¡Recordemos, pues, hermanos,
los tiempos ya no recientes
de las guerras intestinas
entre hermanos y parientes!
Diez halcones se lanzaban
sobre diez cisnes inermes:
el dueño del que primero
en los cisnes presa hiciere,
ése a cantar comenzaba
a los de alta progenie:
a Yasrosláv, el anciano,
a Mstisláv, el valiente
que a Rededia, ante sus tropas,
en combate le venciere;
a Román Sviatoslávich,
cuyo igual quizás no encuentren… - 5. Boyán, ¡oh, hermanos! no halcones
lanzaba a cisnes inermes:
sus sabios dedos ponía
sobre las cuerdas vivientes
que, por sí solas, cantaban
las glorias de los valientes. - 6. Comencemos, pues, hermanos,
a relatar esta historia,
por los tiempos de Vladímir
hasta llegar a la loa
de Igor Sviatoslávich,
todo lleno él de gloria. - 7. El alma de fortaleza
y de valor le rebosa;
a la tierra polovtsiana
lleva su hueste valerosa…
¡Defender la Tierra Rusa;
ésa es su misión gloriosa! - 8. Entonces, el príncipe Igor,
al mirar al sol, al cielo,
vio que de aquél densa niebla
recubría a sus ejércitos.
Todos en aquel eclipse
un funesto augurio vieron. - 9. Mas dijo Igor:
- 10. «¡Hermanos,
hermanos míos, guerreros!
Es mejor morir luchando
antes que ser prisioneros. - 11. Hermanos, en los corceles
sin descanso cabalguemos,
que. cabalgando, hasta el río
Don, ef azul, llegaremos, - 12. – – –
- 13. pues mi espada victoriosa,
clavar en la estepa quiero;
con vosotros, rusos todos,
perder mi vida prefiero
antes que ser humillado
y de khanes prisionero…
¡Marchemos, hermanos rusos,
que. cuando hasta el Don lleguemos,
con nuestros yelmos por copas,
de sus aguas beberemos!» - 14. iOh, Boyán, ruiseñor de idos tiempos!
Debieran ser tú el cantor
de estos bravios guerreros,
aunque tan sólo saltases
por las ramas de tu almendro,
o cual águila volases
bajo las nubes del cielo,
llenando de loor y fama
lodo nuestro siglo cruento,
de! campo hacia las montañas
Ja ruta de Troyán haciendo. - 15. De Vieles el nieto sabio
la historia así narraría - 16. «No una tempestad de halcones
nubla en el campo la vista:
son bandadas de cuervos que
marchan hacia el Don de prisa.» - 17. O bien, el nieto de Vieles
de este modo cantaría: - 18. «¡Los corceles relinchan en Sula,
resuena la gloria en Kíev!
¡Se oyen trompetas en Nóvgorod,
las banderas ondean en Putíval!
Igor a Vsiévolod el bravo,
su hermano querido, espera. - 19. Y al fin dícele éste a Igor
- 20. «¡Mi solo hermano, mi luz postrera
eres tú, Igor! ¡De Sviatosláv
ambos somos hijos, recuerda! - 21. Tus raudos corceles presto
ensilla, hermano, ¿qué esperas? - 22. Ya los míos he ensillado
en Kursk antes que vinieras. - 23. Mis valerosos kurianos
guerreros son de experiencia:
nacieron bajo el resonar
y el estruendo de trompetas,
crecieron vestidos con yelmos,
no faltó el que se nutrieran
con el filo de las picas
como con leche materna… - 24. Conocen bien los caminos,
los barrancos y las cuevas,
sus arcos están bien tensos,
sus carcajs, llenos de flechas,
y sus sables, afilados; - 25. siempre que a luchar se aprestan
cabalgan cual lobos grises;
buscan, como agrestes fieras,
para sí, el honor más alto,
para el príncipe, gloria eterna.» - 26. Entonces, Igor sentóse
sobre la silla de oro
y echó a andar en su corcel
por entre prados umbrosos. - 27. El sol ocultó el camino
con insólitas tinieblas; - 28. la Noche despertó a las aves
con tenebrosa tormenta;
se oyó el rugido terrible
de amenazadoras fieras. - 29. Aleteó Div; grita
desde su árbol y ordena
que se preste atento oído
a desconocidas tierras:
Al Volga,
a Sulá,
a Súrozh,
a Korsunia, la costera
y al ídolo tmutorakano,
que al enemigo encabeza. - 30. Hacia el Don, río majestuoso,
por camino improvisado
se apresuran al combate
las hordas de polovtsianos,
cuyas carretas rechinan
cual cisnes que huyen graznando.
Mientras, Igor, con sus huestes
también al Don va llegando. - 31. Las aves desgracia anuncian;
de los lobos, el presagio
es la tormenta. Aullan
en los barrancos.
Las águilas, con graznidos,
sobre huesos se han lanzado,
y los zorros rondan cerca
de los escudos dorados… - 32. ¡Oh, Tierra Rusa!
¡Qué lejos has quedado! - 33. La noche a su fin toca,
llega la luz del día, - 34. la aurora cubre los campos
con un manto de neblina. - 35. Del ruiseñor cesa el canto;
todo ha callado de prisa. - 36. Los rusos, con sus escudos,
han dividido los campos,
con sus escudos, que llevan
al sol destellos dorados,
buscan para sí la gloria,
para el príncipe, honores altos. - 37. El viernes, al amanecer,
al hereje polovtsiano
los rusos ponen en fuga
y, habiéndose dispersado
como flechas por los campos,
regresan luego, trayendo
bellas cautivas a su amo,
y con ellas traen oro,
seda, rubíes y topacios. - 38. Con las telas de las tiendas
conquistadas al pagano,
levantan ellos sus puentes
través de los pantanos;
por sendas intransitables
los guerreros se marcharon,
consigo llevan las prendas
del hereje polovtsiano. - 39. Para Igor, el valiente,
cuatro trofeos quedaron:
un estandarte purpúreo,
un cayado blanco y largo,
un asta de agudo pico
y un cinturón plateado. - 40. La estirpe de Oleg dormita,
tras la batalla en el campo. - 41. ¡Ella no fue procreada
para vergüenza del milano,
ni del halcón, ni de cuervos
como tú, infiel polovtsiano! - 42. Gzak, como un lobo, corre al río
y Konchák, del Don majestuoso
íe indica el camino. - 43. Muy temprano al día siguiente
!a aurora, sangrienta, anuncia
la llegada de las huestes,
el inicio de la lucha. - 44. Nubes muy negras avanzan
del mar a la Tierra Rusa
queriendo cubrir al Sol.
Truenos en ellas retumban;
relámpagos azulados
brillan y después se esfuman. - 45. ¡Ha llegado la gran hora,
y de flechas una lluvia
cae sobre los contrarios
que por sobre el Don se cruzan! - 46. Aquí las hachas se quiebran
y a los yelmos polovtsianos
los sables recios golpean
en el Kayala, río hermano
del Don.., - 47. ¡Oh, Rusia!
¡Qué lejos has quedado! - 48. Los vientos, de Stribóg nietos,
soplan desde el mar con flechas
sobre las huestes de Igor; - 49. la tierra resuena y tiembla,
los ríos corren sombríos,
de cuerpos el campo se siembra. - 50. Los estandartes, enhiestos,
al viento furioso ondean,
y anuncian que los herejes
desde el mismo Don se acercan,
y desde el mar y otros ríos,
y desde la enemiga estepa. - 51. A los rusos se aproximan,
por todos lados los cercan. - 52. ¡Los hijos de Satanás,
con su cruel grito de guerra
los campos han dividido!
A los rusos sólo resta
resistir con sus escudos,
defensores de la idea. - 53. ¡Oh, furioso uro Vsiévolod!
Erguido sobre tu bestia,
contra la hueste enemiga
lanzas sin cesar tus flechas, - 54. ¡y no hubo yelmo del pagano
que tu espada no rompiera!
Donde tú, uro, cabalgas
yacen herejes cabezas: - 55. cascos avaros ruedan rotos
por los sables que tú hicieras,
¡oh, furioso uro Vsiévolod!
de Rus gloria y defensa. - 56. ¡Decidme, hermanos, ¿habrá herida
a la que temer pudiera
aquel que abandonó su rango,
sus incontables riquezas,
y su trono de Chernígov,
de su padre real herencia,
y la ya habitual caricia
de su esposa dulce y bella,
de su fiel y amada esposa,
la tierna y deseosa Glébovna?! - 57. Hubo los siglos troyanos;
de Yarosláv pasó el tiempo,
y de Oleg Sviatoslávich
aún nos queda el recuerdo. - 58. Aquel Oleg deshizo las huestes
que otrora a Rus invadieron
enarbolando su sable,
a los suyos induciendo
a que sembraran de flechas
de los combates el suelo. - 59. Este Oleg Sviatoslávich
a Tmutorakán puso asedio
y en ella entró, sentado
sobre dorados arreos… - 60. Lejos, Yarosláv el Grande
escuchó todo este estrépito, - 61. y cada mañana, en Chernígov,
Vladímir, hijo de Vsiévolod,
los oídos se tapaba
para a Oleg no brindar crédito. - 62. La gloria al valiente y joven
Boris Viacheslávich, empero,
lo llevó al juicio divino
con verde manto cubierto
por ia ofensa cometida
a Oleg en pasados tiempos. - 63. Desde aquel mismo Kayaia
Sviatopolk, el valiente,
mandó llevar a su padre
sobre cuatro corceles
a Santa Sofía de Kíev
para tributo ofrecerle. - 64. Bajo Oleg Gorislávovich
comenzó a reinar la muerte,
reinó la guerra intestina
entre hermanos y parientes;
entonces terminó la vida
de Dazhbóg y su progenie. - 65. En las guerreras mesnadas
perecían muchos hombres,
pocos poetas erraban
por la Rus en ese entonces;
pero a menudo los cuervos
con sus granidos feroces
entre sí se disputaban
los cadáveres de hombres,
y las cornejas hablaban
su lengua, con intenciones
de lograr alguna presa… - 66. ¡Así era en ese entonces,
durante aquellas campañas!
Mucho en aquel tiempo viose,
¡pero, como ésta de Igor,
otra igual no se conoce!
De la noche a la mañana,
de la mañana a la noche,
vuelan flechas refulgentes,
los sables los yelmos rompen,
las lanzas de hierro chocan,
y un bravo fragor se oye
en la tierra polovtsiana,
y ya a todos sobrecoge. - 67. La tierra se ha ennegrecido
bajo los muchos corceles,
de huesos está sembrada,
y la sangre riega el verde.
Los pólovtses han llevado
a Rus desgracias y muerte. - 68. ¿Qué estruendo es ése
que en mis oídos siento,
y qué ruido es ése
que oigo desde muy lejos
mucho antes de la aurora? - 69. Una desgracia presiento,
igor vuelve con sus tropas
para socorrer a Vsiévolod. - 70. Ambos combaten un día,
otro más; pero al tercero
poco antes del mediodía
sus estandartes cayeron. - 71. Junto al Kayala impetuoso
los hermanos se rindieron; - 72. mas siguió el festín terrible:
no alcanzó el vino sangriento - 73. y las bravas huestes rusas
al banquete final dieron
a Rus su vida entregando
por su tierra pereciendo. - 74. La hierba marchitóse de tristeza;
y los árboles, de honda pena,
se inclinan sobre la tierra… - 75. Pues bien, hermanos; llegaron
para la Rus malos tiempos. - 76. El desierto, la estepa árida
nuestras huestes ha cubierto.
Alzóse el Agravio sobre
de Dazhbóg el dios los nietos,
apareció cual doncella
en tierras de Igor y Vsiévolod,
batió sus alas de cisne
sobre el mar color de cielo
cerca del Don majestuoso,
y con ese su aleteo
puso fin a la abundancia,
a otrora prósperos tiempos. - 77. Terminó entonces la campaña
contra el invasor hereje,
pues un hermano dijo a otro:
«¡Es mío todo cuanto tienes!»
Y comenzaron los príncipes
a hablar de esta cosa estéril
y a lanzar unos sobre otros
a sus aguerridas huestes… - 78. De esta lucha fraticida
se valieron los infieles
causando a la tierra Rusa
innumerables reveses. - 79. ¡Ay, qué lejos volaste,
halcón, al mar; presa hiciste
en cuanta ave encontraste!..
. - 80. ¡Ay, pero ya es imposible
resucitar las mesnadas,
y la Rus ya no sonríe! - 81. De las valientes mesnadas
lamenta Karna la suerte,
Zhelia cabalga por Rusia
con fuego en un asta ardiente. - 82. Lloran las mujeres rusas
y murmuran entre dientes: - 83. «¡Nunca más nos será dado
imaginar con la mente
ni contemplar con los ojos
a nuestros esposos fieles,
ni complacer con el alma
sus anhelos más fervientes,
ni recibir de sus manos
oro y plata cual presentes!» - 84. Y gimió Kíev, hermanos,
conmovido por la pena,
y Chernígov, abatido,
de su gran dolor se queja. - 85. Los sufrimientos corrieron
por toda la Rus inmensa;
a la tierra de los rusos
invadióla gran tristeza..
. - 86. lias los príncipes seguían
luchando sin darse tregua,
lanzando unos contra otros
sus bravas huestes guerreras… - 87. Y los pólovtses lograban
entrar en la rusa tierra,
Ilevando consigo glorias,
causando dolor a ésta…
Pieles de armiño y ardilla
como tributo ellos crean
y lo imponen a las cortes,
para deshonra y vergüenza. - 88. Esto motivó a los hijos
de Sviatosláv a que riñeran,
Y el gran príncipe de Kíev
debió limar asperezas, - 89. Swatosláv el magnífico,
el de i a terrible fuerza,
ef cual, sólo un año antes
al polovtsiano dispersa
con sus aguerridas huestes;
con sable barre la tierra
donde el enemigo vive,
donde el polovtsiano acecha,
pisotea sus colinas,
en sus valles abre grietas,
desborda sus ríos y lagos,
deseca arroyos y ciénagas.
Al Khan pagano Kobiák
en el mar de Azov apresa:
cual torbelino lo saca
de entre sus tropas inmensas;
y murió Kobiák en Kíev,
y junto al palacio lo entierran. - 90. Los germanos y los vénetos,
los griegos y los moravos
no en vano cantan las glorias
de Sviatosláv, el kievlano,
pero reprenden a Igor,
que en un río polovtsiano
hundió todo el oro ruso,
enterrándolo en el barro. - 91. Allí en el Kayala, Igor
cambió su trono dorado
por un asiento mezquino,
por un asiento de esclavo… - 92. – – –
- 93. Mientras tanto, Sviatosláv
en su áureo palacio,
tuvo un sueño incomprensible,
y se apresura a contarlo: - 94. «Sobre los montes de Kíev
me cubrían con un manto,
sobre mi lecho, de noche
elevase fúnebre canto; - 95. sobre mí vertían un vino
azul mezclado con llanto; - 96. sobre mí esparcen luego
perlas de enorme tamaño
con los carcajs del hereje, - 97. Y después me acariciaron.
En mi habitación colocan
UN ataúd argentado,
y desde el atardecer, - 98. toda la noche graznaron
cuervos cerca - 99. de Plesenski,
en el bosque de Kisánov…
De pronto, hacia el mar azul
todos salieron volando»… - 100. Esto fue lo que al gran príncipe
respondieron los boyardos: - 101. «¡Oh, Sviatosláv, la tristeza
ya mente ha cautivado, - 102. pues tus dos caros halcones
sus tronos abandonaron,
sus palacios y sus riquezas
y a Tmutorakán marcharon
a conquistarle o beber
del Don en yelmos dorados.
L os sables de los herejes
ya las alas les cortaron,
y en jaulas de duro hierro - 103. luego los han encerrado,
El dia volvióse noche:
los dos soles se apagaron,
y sus dos lunas brillantes
– Igor y su amado hermano–
se cubrieron de tinieblas;
hacia el mar fueron llevados
y en los pueblos del Oriente,
gran admiración causaron. - 104. Del Kayala las tinieblas
la poca luz eclipsaron, - 105. por Rus avanzan los pólovtses
cual manadas de guepardos… - 106. Ya la vergüenza a la gloria
de su sitial ha arrojado, - 107. la violencia en lid sangrienta
por toda Rus se abre paso,
y la libertad perece
al paso del polovtsiano: - 108. sobre nuestra tierra rusa
el Div cruel se ha lanzado. - 109. A orillas del mar azul
bellas muchachas cantaron:
«Como el perdido oro ruso
todas juntas repicamos,
los tiempos de Bus el Grande
recordamos en el canto,
y soñamos con que venga
el Sharukhán a vengarnos, - 110. ¡mas nuestras huestes queridas
nos faltan, y las lloramos!» - 111. Entonces, el gran príncipe,
con los ojos anegados
por lágrimas paternales,
pronunció un discurso áureo: - 112. «¡Oh, hijos míos, Igor, Vsiévolod!
Comenzasteis muy temprano,
a la tierra polovtsiana
a causarle serios daños,
para redimir la Rus grande,
para así gloria buscaros.
Pero sin honor vencisteis
al hereje polovtsiano,
pues sin gloria vertisteis
la sangre de los paganos. - 113. Vuestros valientes corazones,
con duro hierro forjados,
a la cruel muerte vencieron
y en el valor se templaron… - 114. A mis canas plateadas
gran dolor habéis causado! - 115. Ya tampoco veo el poder
de Yarosláv, fiel hermano,
fuerte y rico y aguerrido
con sus huestes y boyardos
en su ciudad de Chernígov,
con voievodas y tatranos,
con olberos y revugos,
con shelbires y topchákos,
pues todos éstos, sin mallas,
con puñales en la mano,
vencen a enemigas huestes
con sus gritos, recordando
a nuestros tiempos sin gloria
LA de los antepasados. - 116. Pero dijisteis: «Nosotros
con valor nos entregamos
a la defensa de Rus
para gran gloria labrarnos.» - 117. Yo pregunto: «¿No os sorprende,
no es un milagro, hermanos,
que el viejo se vuelva joven
y negro su pelo blanco?» - 118. Cuando el halcón se recubre
de su plumaje azulado
de ave adulta, no da tregua
a las aves en lo alto. - 119. Pero aquí el mal es otro,
es otro el mal, ¡oh, hermanos!
los príncipes no me ayudan, - 120. malos tiempos han llegado.
- 121. Y mientras, cerca de Rímov
bajo sables polovtsianos
gritan los rusos, heridos,
no cesa en Vladímir el llanto..
. - 122. ¡Sufra y pene el hijo de Gleb,
sufra y pene sin descanso!» - 123. ¡Oh, Vsiévolod, gran príncipe!
No volarás desde lejos
para con su fuerza inmensa
cuidar del trono paterno? - 124. Tú solo puedes el Volga
conquistar con tus remos,
y al Don, río majestuoso,
vaciarlo con tus yelmos. - 125. Si aquí estuvieras, hijo,
por muy escaso dinero
venderías las cautivas,
y los cautivos por menos,
porque puedes al pagano
liquidar sin mucho esfuerzo - 126. con tus flechas vivientes,
los osados hijos de Glébov. - 127. ¡Oh, tú, gran Riúrik! ¡David!
¿Acaso vuestros guerreros
no nadaban en la sangre
de los derribados yelmos? - 128. ¿Ya no braman vuestras huestes
como los uros en celo,
o cuando a éstos los hiere
el sable del extranjero? - 129. ¡Poneos en marcha, hermanos,
para salvar el descrédito
que sufre la tierra rusa,
por el dolor de estos tiempos,
por las heridas de Igor,
de Sviatosláv hijo cierto! - 130. ¡Oh, tú, Yarosláv de Gálich!
Alto en tu trono dorado
al húngaro en sus montañas
perseguiste hasta alcanzarlo.
Tus huestes tras él mandaste,
los caminos le cerraron,
y a través de densas nubes
hasta el Danubio llegaron. - 131. Se extienden por otras tierras
las tormentas a tu paso,
de Kíev abres las puertas,
y desde tu trono dorado
haces frente a los sultanes,
flechas a ellos lanzando. - 132. ¡Oh, señor, lanza tus flechas
contra Konchák el pagano,
par las heridas de Igor,
de Sviatosláv hijo amado! - 133. ¡Y tú, Román Mstislávich!
¡Y tú, Mstisláv valiente!
¡A la victoria segura
os Ileva la idea ferviente! - 134. Como un halcón en el aire
que en otra ave presa hiciere,
confiáis mucho en la victoria
que la astucia os ofrece.
Tenéis jóvenes de acero
que la tierra estremecen,
cuando muchos otros pueblos
a su paso ellos someten… - 135. Los de Jinova y Lituania,
yatvagos y deremeles
ytambién los polovtsianos,
los negros cuervos herejes,
abandonaron sus picas,
y su cabezas infieles
bajo tus sables cayeron. - 136. – – –
- 137. – – –
- 138. – – –¡Oh, príncipe, arma a tu gente,
por las heridas de Igor
y por sus malhadadas huestes - 139. – – –
- 140. ¡Oh, Ingvár y Vsiévolod,
de Mstisláv fuertes hijos!
Aunque no seáis vosotros
halcones de mísero nido,
no por ello habéis logrado
el poder sobre el vencido. - 141. ¿Dónde dejasteis los yelmos,
los yelmos de oro macizo,
las lanzas de los polacos,
los escudos aguerridos? - 142. ¡Cerrad con ellos las puertas
al polovtsiano enemigo,
cubridlo con vuestras flechas,
dejadlo sobre el camino,
para dar a Rus venganza,
por las heridas dé Igor! - 143. – – –
- 144. – – –
- 145. – – –
- 146. – – –
- 147. – – –
- 148. – – –
- 149. ¡Oh, Yarosláv! ¡Nietos todos
de Vsiesláv el valiente!
Bajad vuestros estandartes,
dejad los sables hirientes, - 150. que os faltan aquellas glorias
que manifestaran siempre
vuestros guerreros abuelos… - 151. ¿Vuestro corazón no siente
que por vuestra cruel discordia
el pagano está presente? - 152. A causa de vuestras luchas,
desde la estepa nos vienen
a nuestra Rus dividida
ataques de los herejes. - 153. Es justo que de Vsiesláv
aquí la historia se cuente:
allá por el siglo séptimo
este Vsiesláv echó a suertes
a la doncella querida,
a la dueña de su mente. - 154. Conastucia» en su caballo
Ilega a Kíev el valiente,
ande el gran trono se inclina, - 155. mas pronto cual fiera aléjase,
a medianoche, en Bielgorod,
en la nieblaque lo envuelve, - 156. logra su dicha: tres golpes
que da con su hacha fuerte
le abren las puertas de Nóvgorod,
y a Yaroslav deja inerme… - 157. Como un lobo, hasta el Nemiga
desde Dudutka regresa:
unto al rio se amontonan
naces de muertas cabezas,
se crye el repique sonoro
as cadenas férreas,
en pozos ahogan las vidas,
el allma cuerpo ahuyentan,
Del Nemiga las orillas - 158. ya se han tornado sangrientas:
com bien no han sido sembradas,
sino cubren sus tierras
los huesos de nuestros hombres,
para de Rus gran afrenta! - 159. El principe Vsiesláv
a otros principes gobierna,
mas por las noches corría
como un lobo por la estepa;
antes del canto del gallo
a Tmutorakán se llega,
y cual lobo corta el paso
a Hors en su propia tierra! - 160. En Polotsk Ilaman a misa
las campanas de la iglesia
de Santa Sofía!a Grande,
y preconizan tristeza. - 161. Vsessláv, lejos, en Kíev,
su repicar interpreta
como augurio de desgracias,
pues a su alma sabia aquejan
en su cuerpo valeroso
las ya frecuentes penas. - 162. Tiempo atrás, Boyán el sabio
un estribillo le idea: - 163. «¡Ni el astuto, ni el sabio,
por muy sagaces que sean
podrán de Dios los designios
cambiar a su manera.» - 164. ¡Oh, gime la Rus, recordando
aquellos tiempos primeros
y a sus príncipes gloriosos,
que hoy nos sirven de ejemplo! - 165. Al viejo Vladímir nunca
atar a Kíev pudieron:
ahora mismo se alzarían - 166. sus estandartes al cielo,
cantando de David y Riúrik
su gloria y honor eternos,
pero ya no ondean juntos. . . - 167. ¡Cantan las lanzas al viento!
- 168. En el Danubio se escucha
un lamento, un quejido:
es la voz de Yaroslavna,
que canta como un cuclillo
cuando el sol brilla en el alba
sobre los bosques sombríos. - 169. «Cual cuclillo, del Danubio
al Kayala volaré; - 170. mis largas mangas de nutria
en él humedeceré; - 171. a mi príncipe y esposo
sus heridas lavaré
y a su cuerpo poderoso
el vulgar devolveré - 172. la princessa Yaroslavna,
sobre el muro de Putivl
eleve un triste lamento: - 173. «¡Oh,viento, viento terrible!
Por qué con tal fuerza soplas? - 174. Por qué las flechas diriges
contra las huestes de Igor? - 175. No le basta a tu desquite
entre las nubes soplar,
naves infelices? - 176. Por qué, señor, mi alegría
sorba herba abatiste?» - 177. Y gime aún Yaroslavna
sobre el muro de Putivl: - 178. ¡Oh, Dniéper, río glorioso!
Tu propio camino abriste
a traves de las montañas
hacia las estepas grises.
a la terra polovtsiana - 179. :a Sviatoslav condujiste,
y sus naves victoriosas
a lus de Kobiák persiguen, - 180. Condoce hasta mí a mi amado,
para que yo más no envíe
mis lagrimas hacia el mar
cuando la noche decline!» - 181. Es la voz de Yaroslavna
sobre el muro de Putivl. - 182. ¡Oh, Sol más que reluciente!
A todos tú siempre diste
luz y calor. - 183. ¿Por qué ahora
envas rayos al príncipe
y a sus aguerridas huestes
en su momento más triste?
¿Por qué tú atormentas tanto
con sed a los infelices,
que en las áridas estepas
muerte cruel así reciben?» - 184. Calló el mar a medianoche;
las nubes, en torbellinos,
al príncipe Igor le indican
por un mandato divino,
de la tierra polovtsiana
hasta la Rus el camino… - 185. El crepúsculo termina:
sus fuegos al fin apaga.
¿Y duerme Igor? No duerme,
y su mente no descansa:
entre el gran Don y el Doniéts
mide la distancia exacta. - 186. Los caballos están listos,
y Oblur al príncipe llama
pasada la medianoche,
para que huya sin falta.
Dice Oblur el polovtsiano:
«¡Huye, Igor, antes del alba,
que para un príncipe ruso
el cautiverio es desgracia!» - 187. La tierra y la verde hierba
repitieron sus palabras
murmurando quedamente:
¡Escapa, príncipe, escapa!»
las hordas de polovtsianos - 188. tras el emprenden la marcha,
Hacia los juncos del río
Igor cual armiño cabalga,
y como un castor desciende
a sus trasparentes aguas.
Sobre un caballo veloz - 189. el principe Igor escapa,
pero de él se desmonta
cuando de correr se cansa.
Cual lobo gris, hacia el delta - 190. del Donéts Igor avanza.
Cual halcón bajo las nubes,
Cisnes y gansos atrapa,
pura sus tres colaciones
Sus manjares se prepara. - 191. Cuando éí cual lobo corría,
Oblur cual halcón volaba:
agotaron sus caballos
Ilenos de rocío del alba. - 192. Dice el Doniéts:
- 193. «¡Oh, Igor!
¡Cuánta gloria te forjaste!
¡Cuánta deshonra a Konchák,
el pagano, ocasionaste!
¡Y cuánta alegría a su tierra
con su regreso le traes!» - 194. ¡dice Igor
- 195. «¡Doniéts!
¡Cuánta gloria te has labrado!
A tu príncipe querido
en tus olas has llevado:
en tus orillas plateadas
tus hierbas lo resguardaron;
tibia niebla protegióle
bajo la sombra de un árbol. - 196. Tus aves en la corriente
de agua y viento lo guiaron… - 197. No todos son como tú:
recuerda que el río Stugna
a Rostisláv, joven príncipe,
en una noche en penumbras,
del Dniéper cierra las puertas
y su camino le oculta.
Y pereció Rostisláv
sobre su ribera oscura, - 198. y hoy le llora su madre,
también le llora su viuda, - 199. y lloran también las flores
sobre su líquida tumba.» - 200. No son urracas que graznan,
sino Gzak y Konchák
que van persiguiendo a Igor,
mas un prodigio verán: - 201. no chillarán las urracas,
los cuervos no graznarán,
callarán todas las aves, - 202. sólo al reptil oirán.
Los golpes del picamaderos
a Igor muestran el camino
que lo conduce seguro
hasta el salvador río,
y el ruiseñor, con su canto
–que más que canto, es trino–
anuncia que llega el alba,
y el príncipe, a su destino. - 203. Dícele Gzak a Konchák:
- 204. «Si el halcón vuela a su nido,
con nuestras doradas flechas
mataremos su halconcillo.» - 205. Dicele Konchák a Gzak:
- 206. – – –
- 207. – – –
- 208. Si con hermosa doncella
al halconcillo casamos,
ni a él tendremos ni a ella,
y comenzarán sus vastagos
a castigar nuestras tierras.» - 209. Y dijeron Boyán y Hodina,
cantores de Sviatosláv
y de los lejanos tiempos
de Oleg y de Yarosláv: - 210. la cabeza sin el cuerpo
es mucho lo que ha sufrido,
y el cuerpo sin la cabeza
su valentia ha perdido.»
Asi se ha sentido Rus
cuando le ha faltado Igor. - 211. El sol en lo alto brilla:
es Igor que está de vuelta; - 212. y cantan en el Danubio
muchas hermosas doncellas.
A travès del mar, a Kíev - 213. su canto hasta Igor llega,
Y por Borichev avanza
nuestro príncipe a la Iglesia,
donde Virgen de Pígorosh - 214. de el tributo espera.
¡Hay alegría en los campos,
en ciudades y en aldeas! - 215. Debemos cantar las hazañas
de los príncipes más viejos
y luego las de los jóvenes: - 216. ¡Loor a Igor y Vsiévolod,
a Igor Sviatoslávich,
a su hermano, el uro fiero,
y a Vladímir Igoriévich,
a los tres honor cimero!» - 217. Salud, príncipes y huestes,
que combatisteis sin tregua
por Rus contra los paganos… - 218. ¡Gloria a vos! ¡Gloria eterna!
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Орехов Б. В. Параллельный корпус переводов «Слова о полку Игореве»: итоги и перспективы // Национальный корпус русского языка: 2006—2008. Новые результаты и перспективы. — СПб.: Нестор-История, 2009. — С. 462—473.